En la actualidad, los niños y niñas están cada vez más desconectados de la naturaleza, lo que ha dado lugar a lo que se conoce como el déficit de naturaleza. Este fenómeno tiene consecuencias significativas para el bienestar físico, emocional y cognitivo de los jóvenes. En este decálogo, profundizaremos en los numerosos beneficios de la naturaleza en la infancia y adolescencia, y abogaremos por la importancia de terminar con el déficit de naturaleza mediante la integración de actividades al aire libre en los colegios.

1. Despertar del amor a la naturaleza: La exposición a la naturaleza proporciona a los niños y niñas la oportunidad de descubrir cómo funciona el mundo natural y la interdependencia de los seres humanos con ella como parte de un todo. Al experimentar directamente la belleza y la diversidad de la naturaleza, los niños y niñas desarrollan un profundo amor y respeto por ella, sintiéndose parte integrante de su entorno y comprendiendo su papel crucial en el ecosistema.

2. Desarrollo físico y salud: La naturaleza proporciona un entorno propicio para la actividad física, lo que ayuda a combatir el sedentarismo y la obesidad infantil. Además, estar al aire libre promueve una exposición saludable al sol, lo que contribuye a la síntesis de vitamina D y fortalece el sistema inmunológico de los niños y niñas.

3. Bienestar emocional: La desconexión de la naturaleza está asociada con un aumento en los niveles de estrés, ansiedad y depresión en los niños y niñas. El contacto con la naturaleza ofrece un refugio tranquilo donde pueden encontrar calma y serenidad, lo que contribuye a mejorar su bienestar emocional y reducir los síntomas de estrés.

4. Aprendizaje experiencial: La naturaleza proporciona un entorno de aprendizaje estimulante donde los niños y niñas pueden experimentar conceptos científicos de manera práctica. Desde observar la vida salvaje hasta estudiar la geología del terreno, las actividades al aire libre ofrecen oportunidades únicas para el aprendizaje experiencial que complementa la educación en el aula.

5. Desarrollo cognitivo: La exposición a la naturaleza estimula la creatividad, la resolución de problemas y el pensamiento crítico en los niños y niñas. Al interactuar con entornos naturales, los niños y niñas son desafiados a observar, analizar y comprender su entorno, lo que contribuye al desarrollo de habilidades cognitivas esenciales para el éxito académico y profesional.

6. Conexión con el entorno: La desconexión de la naturaleza ha dado lugar a una falta de aprecio por el medio ambiente en los niños y niñas. La exposición a la naturaleza promueve un sentido de conexión y pertenencia con el entorno natural, lo que fomenta un profundo amor y respeto por la naturaleza en los niños y niñas y los motiva a cuidar y proteger el medio ambiente.

7. Desarrollo social y emocional: El contacto con la naturaleza promueve el trabajo en equipo, la cooperación y el desarrollo de habilidades sociales en los niños y niñas. Al participar en actividades al aire libre, tienen la oportunidad de interactuar con sus pares en un entorno natural y relajado, lo que fortalece sus relaciones interpersonales y promueve un desarrollo social saludable.

8. Educación ambiental: La exposición a la naturaleza proporciona un contexto ideal para la educación ambiental, donde los niños y niñas pueden aprender sobre la importancia de la conservación, la biodiversidad y la sostenibilidad. Al integrar actividades de naturaleza en los colegios, se puede promover una conciencia ambiental activa y fomentar comportamientos responsables hacia el medio ambiente.

9. Creatividad y imaginación: La naturaleza estimula la imaginación y la creatividad en los niños y niñas, ofreciendo un espacio ilimitado para la exploración y la expresión artística. Al interactuar con entornos naturales, son inspirados a crear, innovar y explorar nuevas formas de expresión, lo que fomenta el desarrollo de habilidades creativas y artísticas.

10. Empatía y cuidado: La exposición a la naturaleza promueve la empatía y el cuidado hacia los demás seres vivos y el medio ambiente. Al observar la interdependencia de los diferentes organismos en los ecosistemas naturales, desarrollan un sentido de responsabilidad y cuidado hacia todas las formas de vida, lo que les motiva a actuar de manera ética y compasiva en su vida diaria.

En resumen, el contacto con la naturaleza durante la infancia y adolescencia ofrece una amplia gama de beneficios físicos, emocionales, cognitivos y sociales para los niños y niñas. Es fundamental que los colegios reconozcan la importancia de integrar actividades de naturaleza tanto dentro como fuera del aula, proporcionando oportunidades para que los niños y niñas se conecten con el mundo natural, exploren su curiosidad y desarrollen un profundo amor y respeto por la naturaleza. Mediante esta conexión, los niños y niñas pueden no solo comprender su papel en el ecosistema, sino también sentirse parte activa de él, contribuyendo así a su preservación para las generaciones futura